lunes

"Me pagué el fusil con mi dinero"

Cuatro milicianos rebeldes relatan cómo tomaron la capital y expulsaron a las tropas de Muamar el Gadafi de su fortín de Bab el Azizia y de todo Trípoli

J. M. MUÑOZ - Trípoli - 30/08/2011



Ahmed, Abdelrauf, Adnan y Bashir desconocen el miedo. O, quizás, lo conocen a fondo. Han vivido sometidos a un régimen opresor como pocos. Ninguno quiere ser soldado del nuevo Ejército. Nunca habían tocado un arma. Ahmed es contable en un banco. Abdelrauf conduce camiones. Adnan hace helados. Y Bashir no tiene trabajo. Ellos -tripolitanos, de las montañas de Nafusa o de la masacrada Misrata- tomaron la capital yexpulsaron a las tropas de Muamar el Gadafi de su fortín de Bab el Azizia y de todo Trípoli. Destilan odio y desprecio hacia el dictador. Y llegado el día, decidieron que no tenían nada que perder. "Ganaremos o moriremos", es un lema escrito en las paredes de Bengasi y de Trípoli. Lo siguieron al pie de la letra. Y han vencido. Aunque, apunta serpenteando una mano el empleado de banca: "No seré totalmente libre hasta que cacemos a esa rata".

Las camionetas con las letras pintarrajeadas de Misrata abundan en Trípoli desde hace una semana. Son los milicianos de esa ciudad quienes encabezaron el ataque contra el baluarte gadafista en Trípoli. "Fuimos los que empezamos a luchar a las ocho de la mañana del 22 de agosto en Bab el Azizia. A las tres llegó la gente de Zintán, Nalut, Yadu y Kikla, desde las montañas de Nafusa. Pero el primero en morir fue un chico de Tajura, un barrio de Trípoli, porque él nos enseñó el camino hacia Bab el Azizia. Después murieron 17 compañeros de Misrata. Había francotiradores en el tejado de la mezquita y en todos los edificios. Al día siguiente lo teníamos todo bajo control", relata Adnan Abeidi, heladero pero obseso de la informática, de 25 años, que marchó el miércoles a ver a su familia a Misrata para regresar el jueves. Luce camiseta verde y roja, dos de los colores -falta el negro- de la bandera monárquica, la que precedió a la verde impuesta por el coronel, que ahora ondea en toda Libia.

Ahmed Duebi, de 32 años, completa el uniforme. Lleva los tres colores, y en orden. El rojo en la boina; la camiseta negra y el pantalón verde. Vigila un hotel, y se esfuerza por ser fotografiado pisando el retrato del tirano, colocado en el suelo a la entrada de muchos edificios, una humillación entre los árabes cuando los zapatos andan por medio. Ahora está deseando prosperar en su profesión o como cantante de rap. Aunque deseaba entrenar para manejar baterías antiaéreas, a este tripolitano le encomendaron otras misiones. "Empecé a luchar en abril. Me fui tres días a una pequeña granja a 200 kilómetros al sur. Mis primos estaban allí y entrené con mi Kaláshnikov. Poco a poco llegó más gente, pero todo había que mantenerlo en secreto", relata Duebi.

La historia de Duebi es similar a la de tantos sublevados. Gente de pocos recursos que gastó lo que fuera necesario para sumarse a la rebelión armada. "Pagué 3.000 dinares [1.800 euros] por mi fusil", explica, "pero también familias ricas dieron dinero a los rebeldes y ayudaron a los huidos de las montañas de Nafusa hacia Túnez. Yo llevaba ese dinero". En la capital se aplastó la rebelión en las primeras semanas de la revuelta. Duebi esperó, expectante pero activo, para entrar en combate. "En Trípoli", continúa, "reuní a un grupo de amigos clandestinamente. Pero solo ocho pudieron hacerlo porque los demás no tenían dinero para comparar armas. Desde la frontera de Túnez nos llamaban los comandantes para que estuviéramos preparados. Hablábamos en clave. Días antes me avisaron, pero no me dieron la fecha concreta. El sábado 20, antes del amanecer, me comunicaron que era el día". El día del asalto a Trípoli.

"Las fuerzas de Gadafi estaban por toda la ciudad, pero en grupos pequeños. Solo había muchos soldados en lugares estratégicos. En mi célula éramos nueve y tres de ellos cayeron heridos. Los comandantes nos dieron órdenes de que cada célula solo actuara en su barrio. Conocíamos perfectamente el terreno. Los soldados de Gadafi, no. Sin embargo, tuvimos un problema grave. Según conquistábamos las ciudades, los partidarios de Gadafi huyeron a Trípoli. Nos resultaba fácil reconocer a los militares, pero no a sus seguidores sin uniforme".

Ahmed Duebi ríe ahora casi tanto como el conductor de camiones barbudo Abdelrauf Misrati, que ha visto muchísimos cadáveres. "No me afeito desde hace seis meses. Peleé en Misrata y ahora en Bab el Azizia", decía ayer bajo el estruendo festivo de los tiros al aire. Fundió sus ahorros. "Me gasté 1.800 dinares en el fusil, pero semanas después, cuando los cuarteles pasaban a nuestras manos, era mucho más sencillo conseguir armas gratis".

Las poderosas brigadas entrenadas por Jamis Gadafi fueron incapaces de mantener a raya a estos rebeldes novatos en la guerra. Sin deserciones, es difícil explicar cómo Trípoli fue conquistada en menos de una semana. Tuvieron que ser superados en número por hombres como Bashir Ibrahim, natural de Kikla, de las montañas de Nafusa, y desempleado de 27 años. Dicen algunos milicianos que es un héroe, que en su ciudad peleó como una fiera. "Maté a unos cuantos mercenarios, pero muchas personas murieron porque no teníamos apenas armas", dice sin inmutarse. Bashir no se arredra ante el peligro. "Estuve desde el primer día de la batalla de Trípoli, sobre todo en el barrio de Abu Salim. Ahí murieron muchos compañeros".

Seguramente porque son momentos de euforia, todos niegan que vaya a haber rivalidades regionales o tribales en Libia. "Cuando vimos lo que sucedió en Bengasi en febrero, nos alzamos inmediatamente en Misrata. Y ahora", concluye Abeidi, "estoy en Trípoli, nuestra capital".

Fuente:http://www.elpais.com/articulo/internacional/pague/fusil/dinero/elpepiint/20110830elpepiint_2/Tes

La paradoja de la represión en México

Fragmentos de: "Olvido" y "memoria" en la Grecia antigua

"El recuerdo es para los que han olvidado", escribía Plotino (Enneadas, 4,6,7). La doctrina e splatónica. "Para aquellos que han olvidado, la rememoración es una virtud; pero los perfecto no pierden jamás la visión de la verdad y no tienen necesidad de recordarla" (Fedón, 249,c,d). Hay, pues, una diferencia entre la memoria (mneme) y el recuerdo (anamnesis). Los dioses de que hablaba Buddha en el Dîghanikâyâ, y que cayeron de los cielos cuando se nubló su memoria se reencarnaron en hombres. Algunos de ellos practicaron la ascesis y la meditación y, gracias a su disciplina yóguica lograron acordarse de sus existencias anteriores. Una memoria perfecta es, por lo tanto, superior a la facultad de recordar. De una manera o de otra, el recuerdo implica un "olvido", y éste, acabamos de verlo, equivale, en la India a la ignorancia, a la esclavitud (=cautividad) y a la muerte.

Se encuentra una situación parecida en Grecia. No vamos a presentar aquí todos los hechos que tienen relaación con el "olvido" y anamnesis en las creencias y especulaciones griegas[...]

La diosa Mnemosyne, personificación de la "memoria", hermana de Kronos y de Okeanos, es la madre de las musas. Es omnisciente: según Hesíodo (Teogonía, 32,38), sabe "todo lo que ha sido, es y será". Cuando el poeta está poseído por la musas, bebe directamente en la ciencia de Mnemosyne, es decir, ante todo, en el conocimiento de los "orígenes", de los "comienzos", de las genealogías. "Las musas cantan, en efecto, empezando por el principio -ex arches (Teogonía, 45, 155)-, la apariencia del mundo, la génesis de los dioses, el nacimiento de la humanidad. El pasado así desvelado es algo más que el antecedente del presente: es su fuente. Remontando hasta aquí, la reminiscencia trata de no situar los acontecimientos en un marco temporal, sino de alcanzar el fondo del ser, de descubrir lo originario, la realidad primordial de la que ha surgido el cosmos y que permite comprender el devenir en su conjunto".

Gracias a la memoria primordial que puede recuperar, el poeta, inspirado por las Musas, accede a las realidades originarias. Esas realidades se manifestaron en los tiempos míticos del comienzo y constituyen el fundamento de este mundo. Pero precisamente porque han aparecido ab origine, estas realidades no se pueden percibir en la experiencia diaria. A justo título, J.-P. Vernant compara la inspiración del poeta con la "evocación" de un muerto del mundo infernal o con un descensus ad inferos emprendido por un mortal para aprender lo que desea conocer. "El privilegio que Mnemosyne confiere al aedo es el de un contrato con el otro mundo, la posibilidad de entrar y regresar libremente. El pasado aparece como una dimensión del más allá."

Por esta razón, en la medida que el "pasado" -histórico o primordial- se "olvida", se le equipara a la muerte. La fuente Lethe, "olvido", forma parte integrante del dominio de la muerte. los difuntos son aquellos que han perdido la memoria. Por el contrario, cierto privilegiados, como Tiresias o Anfiarao, conservan la memoria después del óbito. Para hacer inmortal a su hijo Etalida, Hermes le concede "una memoria inalterable". Como escribe Aplonio de Rodas, "incluso cuando atravesó el Aqueronte, el olvido no se apoderó de su alma; y ya habite en reino de las sombras, ya lo haga en el de la luz del sol, guarda siempre el recuerdo de lo que ha visto".

Fuente : Mircea Eliade, Mito y Realidad, Kairós, pp. 117-119.

martes

Otros tiempos. De la construcción de la identidad gracias a "el otro".

[...]

En el comentario sobrecogedor que ofrecía en 1982 sobre el destino de una idiota del siglo IV, tal como se narra en la Historia lausiaca, Michel de Certau supo reflejar en sustancia la estructura de esa cara nocturna de nuestra humanidad.

En aquel tiempo, refiere la hagiografía, vivía en un monasterio una joven virgen que fingía estar loca. Los demás le tomaron asco y la relegaron a la cocina. Entonces ella, tocada con un trapo, empezó a prestar todo tipo de servicios, comiendo migajas y mondaduras sin quejarse, aunque la molieran a palos, la insultaran o la maldijeran. Avisado por un ángel, un hombre santo se dirigió al monasterio y pidió conocer a todas las mujeres, incluida la que llamaban "la esponja". Cuando le fue presentada, se postró a sus pies implorando su bendición delante de las demás mujeres, que quedaron convencidas de su santidad. Sin embargo, incapaz de soportar la admiración de sus hermanas, "la esponja" dejó el monasterio y desapareció para siempre.

"Tenemos a una mujer [...]", escribe Michel de Cer. "Para su sustento le basta con ser ese punto de abyección, la nada que repele. Es lo que prefiere: ser la esponja [...]. Asume las más humildes funciones del cuerpo y se pierde en lo insostenible, por debajo de todo lenguaje. No obstante, ese desecho repugnante, permite a las demás mujeres las comidas compartidas, la identidad en los signos indumentarios y corporales predilectos, la comunicación de las palabras; la excluida hace posible toda una circulación.

Fragmento de Roudinesco, Élisabeth. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Anagrama, Barcelona, 2009, pp. 19-20.

sábado

Cuba pone fin a silencio editorial de más de cuatro décadas sobre Cabrera Infante


Gerardo Arreola

Corresponsal

Periódico La Jornada
Sábado 20 de agosto de 2011, p. 4

La Habana, 19 de agosto. Un ensayo que obtuvo un premio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) se convirtió en el primer libro que publica la isla sobre Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) en más de cuatro décadas y que de esa forma pone fin al silencio editorial que pesaba sobre el polémico narrador.

Como los demás jóvenes de su generación, los autores, Carlos Velazco (1985) y Elizabeth Mirabal (1986), apenas hace cinco años no sabían exactamente quién era el tercer cubano galardonado con el premio Cervantes, además de Alejo Carpentier y Dulce María Loynaz.

“Era como una especie de nebulosa, sabíamos que era un crítico de cine que había vivido en Cuba…”, dice Elizabeth a La Jornada. Aún ahora, fuera de los círculos literarios aquí es un gran desconocido.

Cuando un veterano periodista los invitó a leer Un oficio del siglo XX(1963), se quedaron enganchados. Hicieron su tesis de periodismo y de ahí salió el ensayo que ganó el Premio Uneac de 2009: Sobre los pasos del cronista (el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante en Cuba hasta 1965).

El libro se presentó este jueves en la Uneac, la misma que en 1968 expulsó a Cabrera Infante por traidor a la causa revolucionaria. En la solapa, el escritor Víctor Fowler considera la publicación del volumen como acto de justicia yejercicio de salud. Elizabeth no lo mira como alegato, ni a favor ni en contra, sino como el primer texto dedicado por entero al novelista: Aunque parece que significa mucho, no significa nada.

Escollos e improperios

Impulsado por la clausura en 1961 deLunes de Revolución, el suplemento cultural que dirigía, Cabrera Infante entró en una espiral de conflictos que culminó con su salida definitiva del país, cuatro años más tarde. Rompió con el gobierno y se volvió un anticastrista tenaz. Fuera de la isla escribió títulos esenciales comoTres tristes tigres (1964) y La Habana para un infante difunto (1979), pero con una prosa que exuda cubanía.

Carlos Velazco y Elizabeth Mirabal, autores del ensayo Sobre los pasos del cronista (el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante en Cuba hasta 1965), durante la charla con La JornadaFoto Gerardo Arreola

Aquí quedó silenciado y él fue recíproco, al negarse a publicar en su país. Tras el choque, aparecieron en Cuba pequeñas referencias de Cabrera Infante y sobrevivieron ejemplares de sus viejos títulos.

No hubo reacciones oficiales a su muerte ocurrida en 2005, pero la revista digital La Jiribilla, del Ministerio de Cultura, opinó que por encima de sus propias diatribas contra su país de origen, sus escritores y sus instituciones, lo mejor de su obra pertenece al patrimonio literario de la nación cubana.

Sobre los pasos del cronista (el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante en Cuba hasta 1965)revisa la trayectoria de Cabrera Infante mientras vivió en Cuba, con un epílogo sobre la ruptura.

Carlos apunta que una tesis de periodismo de Ricardo Moreno e Ibis Rosquete ya había analizado Lunes… en 1993. Concluye que si esa tesis se hubiese publicado en esa época, hubiéramos adelantado 10 años en hablar del controvertido magazine.

La investigación de Velazco y Mirabal no tuvo problemas formales. La Universidad de La Habana aceptó el tema y el tribunal se comportó con una integridad intelectual y una honestidad que siempre le agradecemos, señala Carlos. Pero el trayecto estuvo lleno de pequeñas piedras, como resumen los autores: una profesora quiso descalificar el trabajo con alegatos políticos; otro maestro quería ver el Cervantes como unpremio geopolítico; una bibliotecaria les racionó los préstamos. A medida que indagaban, los improperios subían, pero siempre alguien tiene algo que decirte de él, no pasa inadvertido.

Otras dificultades fueron las materiales: bibliotecas cerradas en la época de la investigación o colecciones deterioradas y sin microfilmar. En cambio, ellos consiguieron libros prestados dentro y fuera de Cuba. Descubrieron que el poeta Pablo Armando Fernández tiene la que quizá sea la única colección de Lunes… en la isla y pudieron hablar con la nonagenaria Edith García Buchaca, personaje clave en los años 60 del siglo pasado

jueves

Ensayándonos

La brevedad de las ponencias (cinco páginas máximo) que se solicitan para el Coloquio nos acercan más a la escritura de un ensayo que a la de un trabajo académico. Pero no solamente en cuanto a la forma, sino más aún en cuanto a las posibilidades de este género; pues se trata de comprometernos con nuestra propia voz a través de otras voces. Y el ensayo es el espacio potencial de la escritura por excelencia… Pero, ¿qué es un ensayo? ¿Cómo se hace? ¿Cuánto mide? ¿Cuánto pesa? ¿Dónde está? Lo más bueno de la vida suele ser indefinible y parece que con el ensayo pasa algo así. Aún así, se puede decir mucho sobre él. Liliana Weinberg es especialista en este género y su libro Umbrales del ensayo es ampliamente recomendable.

Por mientras, en este espacio daremos algunas pistas que ayuden e inspiren a la escritura de ensayos (para el Coloquio o para lo que gusten). Lo haremos yendo al origen reconocido de este género: Michel de Montaigne en el siglo XVI. Dejaremos que la voz de un especialista al respecto nos hable: Jean Starobinsky en su texto «¿Es posible definir el ensayo?», que se encuentra en el libro del mismo título.

El ensayo abre mentes…
«[…] el ensayo […] propone ideas nuevas, una interpretación original de un problema controvertido […] Pone en guardia al lector y le hace esperar una renovación de perspectivas […]».

En el ensayo cabe todo…
«Constatemos ante todo que lo propio del ensayo es lo plural, lo múltiple […] Esta pretensión de comienzo, este aspecto incoativo del ensayo, son seguramente capitales, porque implican la abundancia de una energía jubilosa que no se agota nunca en su propio juego. Y, más allá, su campo de aplicación es ilimitado […]».

El ensayo es una práctica…
«Montaigne hace el ensayo del mundo, con sus manos y sus sentidos. Pero el mundo se le resiste y esta resistencia, por fuerza, la percibe en su cuerpo, en el acto de aprehensión […] En su propio cuerpo, Montaigne ensaya los ataques de la enfermedad […] De tal suerte, habrá de morir después del ensayo general de su muerte, de su ejercitación […] El ensayo, en Montaigne, es, entonces, también la mirada vigilante que no cesa […]».

El ensayo nos mete en nosotros mismos…
«[…] el aspecto reflexivo, la vertiente subjetiva del ensayo, en el cual la consciencia de sí se despierta como una nueva instancia del individuo […] [Montaigne] se pinta mirándose al espejo, es cierto, pero más a menudo todavía, se define indirectamente, como olvidándose, expresando su opinión[…]».

…Y luego nos saca
«[…] la contrapartida de este interés dirigido al espacio interior: una infinita curiosidad por el mundo exterior, por la proliferación de lo real y por los discursos contradictorios que pretenden explicarla […] Los ensayos de su vida, al desbordar su existencia individual, conciernen a la vida de los otros, que él no puede separar de la suya […]».

El ensayo es placer…
«¿Habría ejercido Montaigne semejante seducción en el curso de las generaciones, sobre tantos lectores y escritores, si no hubiera hallado el secreto de conjugar la confidencia personal, la experiencia de los libros y los autores y, sobre pruebas directamente ensayadas, el aliento a la compasión, al valor sin fanfarronería, al legítimo y reconocido gozo de vivir? […] Tal es la suerte merecida por los libros cada una de cuyas frases ha sido escrita con placer».

El ensayo es invención…
«A partir de una libertad que escoge sus objetos, que inventa su lenguaje y sus métodos, el ensayo, en el límite ideal donde sólo ensayo concebirlo, debería saber aliar ciencia y poesía. Debería ser, a un tiempo, comprensión del lenguaje del otro e invención de un lenguaje propio; escucha de un sentido comunicado y creación de relaciones inesperadas en el corazón del presente».

En fin, ensayémonos y escuchémonos después.

miércoles

La tragedia noruega y la extrema derecha en Europa

Jean-Marie Le Pen

Jean-Marie Le Pen, del Frente Nacional francés usa un miralejo en una sesión de votación del Parlamento Europeo.

Anders Behring Breivik, el acusado de la matanza en Noruega, dijo en su primera comparecencia ante la justicia que tenía cómplices y habló de tener vínculos con grupos de extrema derecha en Europa. Con su declaración, el escrutinio del nexo entre violencia y el extremismo de derecha cobró especial relevancia.

Durante su primera audiencia ante la justicia, Breivik dijo que su "organización" tenía dos "células" más. Este marte, su abogado dijo que Breivik había hablado de "varias células" en el extranjero.

BBC Mundo explora en entrevista con el politólogo holandés de la Universidad de Utrecht, Marcel Lubbers, el ascenso de la derecha radical en Europa y sus márgenes de influencia en el seno de las sociedades democráticas europeas.

¿Usted reconoce algún vínculo entre lo que ocurrió en Noruega y el crecimiento de la extrema derecha en toda Europa?

No me parece que haya un vínculo. Lo más interesante para mí son los términos en que Breivik describe su propia ideología, lo que lo acerca mucho a la derecha radical. Ningún partido de derecha radical europeo condonará lo ocurrido en Noruega. Sin embargo, la crítica de Breivik a extranjeros y musulmanes lo acerca a los partidos de esta derecha.

¿Sería preciso, entonces, hablar de una extrema derecha más errática y una institucional?

Creo que sí. Hay partidos de derecha institucionales y otros, los radicales, extraparlamentarios, con una ideología neonazi, cuyo objetivo es destruir la democracia. Estos partidos son la versión radicalizada de la derecha extrema institucional, pero no tienen necesariamente un vínculo entre ellos. La derecha extrema institucional pone distancia frente al segundo tipo.

¿Cómo podemos señalar sus diferencias?

Por la manera en que actúan. La derecha extrema institucional se ajusta al modelo democrático. Expresan claramente su deseo de una preservación de la identidad nacional y de lidiar con la inmigración masiva y las diferentes culturas sin buscar eliminarlas ni expulsarlas.

Ascenso de la derecha radical en Europa

Noruega
Anders Behring Breivik, autor confeso de la matanza en Noruega, militaba en el populista Partido del Progreso, formación que se convirtió en segunda fuerza en el país en las legislativas de 2009.

Francia
Marine Le Pen, hija de Jean-Marie Le Pen, es candidata en las elecciones de Francia de 2012 como titular del Frente Nacional francés, tercera fuerza política del país. Su discurso está permeado por una fuerte islamofobia.

Suecia
Jimmie Akesson, líder del partido Demócratas Suecos, tiene una obsesión: expulsar a los inmigrantes, y en primer lugar a los musulmanes.

Austria
Heinz-Christian Strache encabeza un partido que ronda el 25% de los votos austriacos.

Holanda
Los puntos de vista del político Geert Wilders, quien describe al Islam como fascista, han ganado terreno en una sociedad que había sido famosa por la tolerancia. Su Partido de la Libertad es la tercera fuerza de ese país.

Finlandia
Timo Soini es jefe del partido Verdaderos Finlandeses, que en las últimas elecciones pasó de la obscuridad a convertirse en la tercera fuerza política del país.

Hungría
Krisztina Morvai, conocida como la "Barbie Fascista", milita en el partido Jobbik, situado a la derecha de la extrema derecha y es la más destacada de una nueva generación de políticos con posiciones extremas.

Dinamarca
El Partido Popular Danés obtuvo 25 en las elecciones legislativas de 2007, y con el 13,8% de los votos y un programa antiinmigrante se convirtió en el tercer partido más votado. Su líder, Pia Kjærsgaard, ha sido a menudo acusada de racismo.

¿Qué distribución e implantación tiene esa derecha no institucional en Europa?

Eso es difícil de evaluar. Muy a menudo son grupos clandestinos sobre los que no es fácil decir cuál es su estructura.

¿Cuál es la plataforma en que se mueve la derecha extrema institucionalizada?

Precisamente la que describe el lúnatico noruego en su manifiesto. Durante un tiempo, su agenda era la misma para el partido que para sus electores: los cambios demográficos y los cambios culturales. De diez años a esta parte, en cambio, la gran preocupación es la islamización de la Europa Occidental. Manejan el exclusionismo y la xenofobia como armas. Al mismo tiempo, son nacionalistas y atacan a las élites. Se autodesignan como la voz del pueblo: son nacionalistas y populistas.

Esta plataforma programática parece que gana más y más aceptabilidad.

Mientras la derecha gana terreno, la actitud de los otros partidos ha sido competir con ella. Muchos de estos partidos han virado hacia posiciones de la derecha radical en asuntos programáticos como la inmigración y la integración. Pero no tienen respuestas a problemas que la gente percibe o experimenta como tales.

Aunque no tenga muchos votos, la extrema derecha institucional igual influencia la discusión política.

Ya lo creo. La influencia de la extrema derecha institucional es mayor que el propio apoyo que le da el electorado. En Holanda, se calcula que esta derecha logra comandar un 15 o un 18% de la votación. No obstante, dominan en el debate político al poner sobre el tapete, todo el tiempo, los asuntos de inmigración e integración. Estas materias, de acuerdo con encuestas, son los asuntos más sobreestimados en el país.

¿Existe alguna conexión entre las derechas radicales de los países europeos o cada una opera de acuerdo con sus propios objetivos?

En cualquier sociedad puede haber este tipo de grupos y pueden alcanzar mucha popularidad. Incluso en Estados Unidos y Canadá, donde no les va muy bien porque el sistema político es más duro para estos partidos. Hay una comunidad de objetivos. Varios países han cambiado su composición étnica, con hasta un 30 o 40% de inmigrantes no occidentales. Han experimentado fuertes cambios demográficos y éstos se han hecho más visibles. Cuando no ha habido esfuerzos por integrar a esta gente, el resultado es que estos grupos comienzan a competir, se producen conflictos y se genera miedo. Otros partidos no proponen soluciones por temor a ser etiquetados como racistas. Frente a esto, son las derechas radicales las que se han pronunciado.

Entonces, la sociedad debería ponerle límites a estos grupos radicales?

Marine Le Pen

Según, Lubbers, partidos de extrema derecha como el Frente Nacional francés, no deben ser prohibidos.

Difícil pregunta. Al pensar genuinamente en democracia, creo que la gente puede lograr una voz a través de estos partidos radicales. La sociedad debe velar por el respeto de la ley, pero estos grupos no deben ser prohibidos. La tarea de los otros partidos políticos, en general, es proponer alternativas y eliminar el miedo de la gente por otros grupos étnicos. A veces, estos partidos de extrema derecha tienden a desaparecer por falta de liderazgo, pero esto no resuelve el problema del electorado. Esto es el verdadero problema. ¿Por qué la gente le teme tanto a la inmigración y otros grupos étnicos?

¿Cuál debe ser la reacción adecuada de la sociedad?

Ésa es una pregunta más para un político. Creo que el primer paso es tomar en serio el temor de los pueblos, sin eliminar a los partidos de derecha extrema por racistas. Hay que eliminar la notoriedad de los asuntos de inmigración e integración, al tiempo que se trabaja para integrar inmigrantes. Estas cosas hay que quitarlas del primer plano de la política.

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/07/110725_extrema_derecha_europa_cr.shtml


martes

¿Quiénes participan en los disturbios en Inglaterra?


La información que me llega de México y Latinoamérica me da a entender que no se comprende bien quiénes son los jóvenes realizando los disturbios en Inglaterra. Veo la primera página de un diario mexicano y veo una foto de los estudiantes en Chile combatiendo tanques de guerra. En el mismo espacio, la noticia de la violencia juvenil en Manchester, Liverpool, Birmingham.
Para cualquiera que haya vivido en un país en vías de desarrollo, resulta muy difícil entender cómo es que se puede ser pobre y usar ropa de marca cara, comprar videojuegos, tener Blackberries y iPhones, usar audífonos que cuestan lo que una computadora portátil. En el contexto mundial actual, es comprensible que se piense que lo que ha pasado en Inglaterra es una insurrección social de tipo político. No es así, al menos no literalmente.
Los disturbios recientes en Inglaterra no son producto del hambre como se le conoce en Latinoamérica. Tampoco son una reacción pública explícita a un sistema inequitativo que de maneras muy sutiles todavía protege a una minoría privilegiada (casi siempre blanca, casi siempre anglo, casi siempre  de familias que siempre han sido privilegiadas, ido a las mismas dos universidades, etc.). Es imprescindible que se comprenda que a pesar de que Inglaterra llegó a contar con un ejemplar Estado de Bienestar impensable en el resto del mundo, este país está plagado por un clasismo y un racismo estructurales que, sin ser vulgarmente abierto, tiene modos sistemáticos de mantener el avance de unos cuantos a costa del retroceso de muchos. Pero es igualmente importante que se comprenda que este argumento no es la inspiración de los jóvenes que por las noches del sábado, domingo, lunes y martes han violentado el orden público mediante el el vandalismo descarado y cínico.
Es muy difícil y peligroso aventurar conclusiones sobre la características demográficas de los participantes en los disturbios. Sin embargo, existe ya amplia documentación visual que, a vuelo de pájaro, hace evidente que en muchos casos se trata de una juventud multiétnica, pertenciente a “minorías”: jóvenes en su mayoría negros, blancos de clase trabajadora, de origen asiático, etc. Estos no son jóvenes inmigrantes, como los jóvenes mexicanos ilegales que trabajan en Estados Unidos;  son jóvenes nacidos aquí, muchas veces en las mismas comunidades que han saqueado y destruido con violencia. Son jóvenes que son parte importante de la población británica. Son de Londres, de Manchester, de Liverpool, de Birmingham. Fueron a escuelas primarias y secundarias del Estado y tienen acentos locales, seguramente viven en multifamiliares ghettoizados provistos por el Estado, son desempleados o ganan el salario mínimo, forman parte de pandillas territoriales y vienen de familias fracturadas por la ignorancia, el desempleo, el alcoholismo, la discapacidad. (Sin embargo, hay que leer esto, publicado después de escribir este párrafo).
Los autores de los disturbios no reivindican a Bakunin, Marx o Freire, tampoco son artistas como Banksy o músicos como Tricky o Goldie (quienes también son de extracción pobre). Estos jóvenes representan el fracaso del capitalismo como modelo de bienestar social, y tristemente también el fracaso del Estado de Bienestar y de la corrección política, quienes han traicionado a toda una generación haciéndoles crecer en una cultura que sólo valora el dinero fácil en grandes cantidades y cuya meritocracia es cosmética y ficticia. Una generación educada en la glorificación de la violencia del ghetto y el glamur misógino del futbol y la música “urbana” comercial; una generación programada para pensar que uno es la marca de la ropa que usa, enfrentada al hecho que vinieron a un mundo donde lo único que se valora es el dinero. Jóvenes frustrados de crecer y vivir en una sociedad que pretende que el clasismo y el racismo no existen pero que todos los días se ven limitados y reprimidos, con las puertas cerradas en la cara.
La de Inglaterra es en general una sociedad consumista que, obsesionada con la productividad y la eficiencia, ha dejado de valorar el trabajo intelectual. La influencia de la cultura comercial estadounidense en las juventudes de los complejos habitacionales provistos por el Estado es total: el uniforme son pants y sudadera de gorro de algodón y tenis de reconocidas marcas deportivas transnacionales, cachuchas de Nueva York con la etiqueta todavía en el visor. El estereotipo dicta que su templo y centro de reunión social son las tiendas de ropa deportiva y los establecimientos de pollo frito para llevar. No toman el metro, andan en autobús o en bicicleta. Tienen perros tipo pit bull (Staffordshire Bull Terrier), y los usan para intimidar a sus oponentes y vecinos. Abandonaron la escuela, juegan videojuegos y oyen Grime y RnB, usan collares de imitación diamante con pendientes en forma del signo de dólar. (La situación es tan compleja que es imposible generalizar: ver esto por ejemplo).
Sin duda también hay muchísimos con estas características que no han participado ni realizarían estos actos vandálicos, pero es ahí precisamente donde la seriedad del asunto sale a flote: los hijos perfectos del capitalismo (aquellos que sólo quieren consumir y enriquecerse sin esfuerzo) son de hecho las víctimas ideales de la exclusión social sutil y sistemática. Al mismo tiempo, son víctimas de su propia condición: tras los disturbios, como tras los actos terroristas del 11 de septiembre y el 7 de julio, no habrá quien vea a un joven vestido así sin asumir que es un criminal. Por supuesto esto ya pasaba antes de los disturbios, pero es posible que ahora la polarización y el racismo se amplifiquen a su más alta magnitud. Se trata de un sector de la población británica bien identificada; conocidos como “hoodies” por la capucha de sus sudaderas, su situación no era para nada nueva para gobernantes ni medios.
Cuando los gobernantes han descrito los disturbios como “pura violencia sin sentido” la retórica les falla; revela una incapacidad política y cultural para admitir que lo fallido no es el individuo necesariamente sino la cultura que le produjo. A diferencia de las demostraciones estudiantiles o las revueltas del mundo árabe, en los disturbios ingleses no hay demandas, no hay pancartas, no hay mensajes verbales: no piden trabajo, ni igualdad, ni respeto, ni mayores oportunidades, ni el cambio de gobierno, ni el regreso de los apoyos financieros para buenos estudiantes de pocos ingresos. No piden nada; no dicen nada. Han salido a la calle en pandillas, en grupos de amigos, vestidos como se visten todos los días, en sus bicis, con sus tenis nuevos, se ponen la capucha y entre todos se ponen a destruir. Estos no son los ataques de los huelguistas que al manifestarse en una marcha pasan por un McDonald’s, le ven como signo del capitalismo y le grafitean y destruyen. No. Esta juventud disfruta de McDonald’s: es un símbolo aspiracional y el único lugar más o menos económico donde muchos jóvenes pueden ir a socializar. Su enojo no es con el capitalismo como sistema de exclusión e inequidad estructural, sino con una cultura que no les dio al nacer el dinero para  comprar lo que les han dicho que deben desear y que ven que muchos se pueden comprar.
Para concluir: la pobreza inglesa no es la pobreza de los países en desarrollo, pero sigue siendo pobreza y es de una seriedad alarmante. La exclusión y polarización social no funcionan del mismo modo. Estos disturbios tampoco son homólogos a las ‘revoluciones’ de la primavera árabe. Sin embargo, son una explosión del deterioro social causado por un sistema económico esencialmente injusto que ha pretendido que es posible mantener la riqueza excesiva de unos cuantos sin empobrecer a y corromper los valores cívicos de los grupos menos preparados.
Hasta ahora, la intelligentsia liberal británica se sigue rompiendo la cabeza tratando de entender  cómo es que esto ha sido posible. Quizá una de las razones sea que esta intelligentsia ha logrado vivir en un mundo donde la pobreza y la ignorancia se han mantenido invisibles o distantes, buscando las respuestas en la psicología y no en la sociología. Ahora, la realidad es innegable, incluso para aquellos políticos y académicos privilegiados que tradicionalmente no habían visto más allá de su nariz.

Ernesto Priego.